domingo, 1 de septiembre de 2013

LISBETH ARANDA - MODELO BOLIVIANA RADICADA EN MÉXICO -

Sabe que la fama no llega como un regalo, por eso trabaja a diario con determinación. Vive desde hace cinco años en México, donde persigue su sueño. Desfiló para Victoria´s Secret y la conocida marca italiana Giorgio Armani; actuó y bailó junto a grandes artistas, de la talla de Wisin & Yandel, Gocho y Pitbull. La boliviana de rasgos, asiáticos que en algún momento fue calificada como una flacuchenta desconocida, vive hoy en Querétaro, donde dice que factura muy bien, aunque prefiere no hablar de cifras. Habló de sus alegrías, nos mostró su casa y nos presentó a su novio.

¿Cómo te trata México?
Gracias por estar en mi casa. Superbien. Desde mis inicios me han hecho sentir como en casa, tengo la nacionalidad mexicana.

¿Cómo es tu vida en esta ciudad?
Trato de que sea normal fuera de mi trabajo. Tengo un novio que no es modelo, convivo con gente mexicana que no es del medio, debo confesar que no soy una mujer que se levanta a las seis de la mañana; estoy más cerca de la vida nocturna. Soy una adicta al cine, aunque las películas sean malas voy y las veo.

¿Qué dicen de tus rasgos asiáticos en los castin?
Muchos creen que no soy de Bolivia, nadie me ve como boliviana. Saben que me llamo Lisbeth Aranda, pero todos me dicen ‘China’. Les gusta la mezcla, porque no soy una asiática común. Dicen que tengo el cuerpo de una latina. He tenido la suerte de que me escojan, habiendo muchas modelos lindas en México.

¿Cómo tomó tu familia tu viaje a México?
Les rompió el corazón, especialmente a mi padre, porque es el más apegado. Ahora trato de verlos a fin de año o cada vez que puedo. Recuerdo que pasamos una Navidad separados y fue todo llanto. De todas maneras, mis padres saben por qué estoy aquí. No estoy perdiendo el tiempo, estoy haciendo algo que soñé.

¿Sentiste alguna vez ganas de dejar todo de lado y volver a Bolivia?
Es difícil estar lejos de tu tierra, ser top en tu país y venir aquí y empezar de cero como hace 10 años y no ser nada. Empecé a hacer castin y tuve que aprender cómo se mueven los medios, pese a todo jamás pensé en volverme. Nunca dije me doy por vencida. No voy a volver a Bolivia hasta que yo haya logrado lo que quiero. No voy a tirar la toalla nunca. Soy superobstinada, mi novio dice que soy la mujer más obstinada que conoce. Vine a aprender, a demostrarle a México que también puedo ser la mejor del mundo.

¿Recibiste alguna propuesta indecente?
Nunca, porque ellos están acostumbrados a trabajar con talento por temas de las telenovelas. Con los productores muy pocas veces llegás a tener contacto, es más bien con sus asistentes. Claro que hay gente loca que consigue tu número de teléfono, te llama y te ofrece miles de dólares. En México también hay agencias falsas con las que debés tener mucho cuidado porque es tu vida la que está en riesgo.

¿Cómo es Lisbeth fuera de las pasarelas?
Soy muy sobria, positiva, segura con lo que quiero, tengo los pies en la tierra. No me gusta mostrar la plata ni la fama que tengo.

¿Qué importancia le das al dinero?
Es una seguridad para un techo. El dinero es un intercambio, no es primordial. Mi vida no gira entorno a él, es solo algo que me va a sacar de apuros en algún momento.

¿Y la fama?
Es la muestra del cariño de la gente.

¿Soñaste con lo que estás viviendo?
Soñaba estar en desfiles grandes, pero pensé que ya había cumplido todo. Estar en una campaña que hizo Madonna hace tres años fue verdaderamente gratificante.

¿Cuál fue tu mejor momento?
Lo mejor que hice fue venirme a México, me refresqué. Creo que me sentía atrapada en Bolivia, ya había hecho todo, había llegado al límite de lo que podía hacer y era… (titubea) o quedarme ahí o retirarme de las pasarelas. Venirme aquí fue como empezar de nuevo, demostrarme que tenía muchas cosas por hacer, pero lo más emotivo que tuve fue la primera campaña a escala mundial que hice para Samsung.

¿Y el peor?
Es una pregunta muy difícil para alguien positiva. Me han pasado cosas malas, y si ocurrieron fue por alguna razón. El momento más duro fue cuando gané el Elite Model Look del 97, todos se preguntaban ¿de dónde sacaron a esta flacuchenta?, porque estaban de moda Carla Morón y Verónica Larrieu. Creían que las modelos debían ser rubias y corpulentas. Fue malo, sentí que mi país no creía en mí en ese momento, pero se convirtió en algo bonito.

¿Tu mejor trabajo?
He tenido varios, pero la marca de Chicle Top Line me contrató por tres años. Que una empresa te muestre como imagen a escala mundial y los siguientes años lo hagan nuevamente, es bueno. Iba a ser un año más, pero la cervecería Tecate negoció y me pagaron el doble.

¿Te sentís superior a otras modelos?
No… nunca opacaré a nadie. Respeto mucho el estilo de cada una, es saludable la competencia, aunque también tiene su lado oscuro. Soy de las personas que ayuda, me traje a tres amigas modelos ayudándolas en todo, no creo en esa envidia. Cada uno tiene su espacio si haces el bien; la vida te lo recompensa.

¿Qué opinás acerca de las modelos europeas y de las declaraciones que se publicaron en la revista Vogue, que las modelos comían servilletas para adelgazar?
No sé que tan real sea lo de las servilletas, pero las europeas son muy delgadas. Por lo menos ahora te dejan tener curvas, antes si tenías algo de busto te vendaban al nivel que no podías ni respirar para que no se te vea. Lo que yo sí he visto es a modelos que fumaban como locas para que no les dé hambre. Otras comían alimento para bebés, no consumían frutas por que el azúcar las engorda o se drogaban para no comer. Es algo extremo, hay gente delgada que sigue a dieta, sucede en un mundo donde se te exige mucho, pero esperemos que por la salud de todos esto cambie.

¿Cómo te mantenés?
A diferencia de nuestro país, aquí todos los días hay eventos, todo el tiempo tenés que estar bien porque siempre hay trabajo. Me alimento de manera sana, tampoco me privo de comer una torta de chocolate. Aquí no son tan adictos al photoshop, tenés que verte como el productor se lo imagina: natural.

¿Extrañas las fiestas en Bolivia?
Apreciás más a tu país cuando estás fuera y también sus celebraciones, el Carnaval, el 6 de agosto. Me pega duro a veces cuando juega Bolivia. Soy la única loca que está con su bandera viendo el partido en el restaurante.

¿También extrañás la comida ?
Tengo mis etapas. Cuando voy a Bolivia hago mi lista. Lo primero es irme a los famosos agachaditos (risas). Extraño la yuca, el mocochinchi y la llajua, además hice a mi novio adicto a la yuca frita, que me la hago traer desde Veracruz.

¿Cómo conociste a tu novio?
Ya llevo cinco años con él. Lo conocí la primera vez que vine a México. Como en esa época no había la tecnología necesaria, no tuvimos contacto durante casi 10 años. Me conquistó porque fue el único hombre que no me invitó a una fiesta, sino a tomar un café y eso me gustó demasiado. Dice mucho de alguien...

PERFIL

Lisbeth Aranda Ortega
MODELO
IMPARABLE Y DEDICADA
Modela desde los 14 años. Ha viajado por Nueva York, París, Milán, Munich, Miami, Buenos Aires, Berlín.

Ha participado en las Series El Pantera, de la película Regresa; fue presentadora de Fashion TV Latinoamérica. Su rostro se ve en varios espots publicitarios y videos de cantantes internacionales.

Se hana registrado en el lore m as Ferfercia ellupta. cxlkjae quid quatuFerfercia ellupta. cxlkjae quiquid quatuFerfercia ellupta. d quat nsomdomur alibea lorme domdo sosmd.

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