lunes, 21 de octubre de 2013

Andrea Herrera : “nada me cayó del cielo”. “La plata no compra la clase”

No debe ser de carne y hueso, no porque cualquier otra persona con semejante resfriado tendría cara de suegra y, sin embargo, Andrea Herrera parece un cuadro pintado al óleo, de esos perfectos, con todo en su sitio. Nos acostumbramos tanto a su belleza que pasó a ser parte de la normalidad, pero, a sus 29 años y con un hijo de dos, hay que reconocer que está, como dirían en criollo, "más buena que agua bendita".
Vino a Santa Cruz -radica en Miami desde hace un año- a una sesión de fotos para la marca de agua Cielo, que encontró en su mirada celestial la mejor estrategia de márquetin y también para ultimar detalles de su más reciente emprendimiento, una tienda de accesorios femeninos con variedad de marcas de todo el mundo, como Tory Burch.

¿Cómo es que a tus 29 años estás más vigente?
Es algo que me sorprende, pero he venido trabajándolo con los años, al establecer fuertes relaciones con las empresas, cuido muchísimo mi imagen y trato de cumplir a la perfección.

¿Por qué emprender en Bolivia, querés volver?
No es la idea, tengo la mirada puesta en Miami, donde haré crecer nuestra revista Luhho, pero amo mi tierra y por eso estoy en algo que me hará venir más seguido, aquí nací, aquí me hice y quiero estar en contacto con mi gente, soy agradecida. Volver a Bolivia sería retroceder, los inversionistas no confían en invertir aquí, el Gobierno no ayuda a crecer y, si bien nuestra ciudad resalta porque la gente arriesga más, desearía mostrar más eso que lo negativo, en eso trabajo constantemente. Me molesta mucho rozarme con gente de todas partes y que comenten burreras sobre Bolivia, me da rabia, pero me contengo, esto es algo que quiero que cambie, yo no quiero olvidarme de dónde vengo.

¿Te va bien con la revista?
Somos una guía muy grande, en Perú nos va muy bien, imprimimos ahí la edición para Sudamérica (10.000 ejemplares) y en Miami recién llevamos un año, aún estamos por despegar, queremos distribuir 50.000 revistas. Nuestra visión es que el lujo no es un pecado, sino un estilo de vida que no necesariamente exige mucho dinero.

¿Por qué te fuiste a Miami con tu esposo e hijo?
Porque el mercado nos quedó chico, cuando comenzamos en Perú con mi esposo nos dijeron que estábamos locos, pero ya cubrimos Sudamérica. Nada cayó del cielo, hemos trabajado muchísimo y ahora nos invitan a todas partes gracias a esto. En este momento nuestros proyectos están en el exterior, en EEUU ya tengo visa de inversionista, y muchos inversionistas

Te va muy bien...

No es una empresa grande, pero la manejamos nosotros, nos dedicamos completamente a eso y es nuestro primer proyecto desde que nos casamos, solo estamos recibiendo los frutos.

¿Realmente te das cuenta de cuánto has crecido?
Me doy cuenta, me sorprende, pero me encanta crecer y tuve la oportunidad de hacerlo, soy feliz con lo que tengo y disfruto llevar en alto el nombre de Bolivia, a pesar de que es difícil porque la gente desconfía. Yo trato de mostrar que aquí hay gente luchadora, inteligente y capaz de atravesar fronteras.

¿Te falta algo?
Tengo más de lo que soñé, no soy malagradecida pero quiero más, quiero seguir creciendo a todo nivel, en la familia (quiere dos hijos más), en la revista, el modelaje, pero por ahora mi principal misión es Luhho.

¿Trabajas por gusto o por necesidad?
Las dos cosas, trabajo desde mis 13 años y siempre tuve una vida loca, de no tener tiempo para nada. Ahora no me imagino sin hacer nada, es bueno sentirse útil y productiva.

¿Tus venidas a Bolivia, realmente lo valen en números?
Esta última vez que vine al show de las Magníficas Ferial lo hice por Pablo, si no fuera que lo amo no habría venido, porque con tanto viaje estaba destruida; yo me había comprometido antes y cuando lo hago no me gusta quedar mal.

No venís de cuna de oro, pero sos sofisticada...
La plata no compra la clase, yo leo mucho, averiguo sobre el tema, sigo tendencias y cuido bastante mi imagen.

¿Tenés "incontinencia" de redes sociales?
Es la forma en que me comunico con la gente que me quiere. Si es un bello día lo comparto, si no lo es guardo silencio, las cosas feas las minimizo

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