FOTOS - Horacio d’ Arruda Urrutibehety - Jorge Uechi - EL DEBER
Somos agrupadoras por naturaleza”, dice Elva Nagashiro cuando explica esta nueva alianza con Ángela Razuk y Alejandra Moreno, “que no podría ser posible sin el espíritu de camaradería que existe en el rubro del diseño de modas. Somos amigas, hablamos, compartimos, nos apoyamos, comentamos novedades. Y es que hay campo para todas. Lo que define a cada uno es el estilo”.
En Amén y . (amén y punto) trasciende la elegancia y exclusuividad. Reinan las texturas y colores de moda, muy elegantes, de Ángela y Alejandra, salpicadas con las traviesas propuestas de Elva. Hay ‘complemento’.
Elva, Ángela y Alejandra ya estuvieron en otras ligas. Desde los años 2000 trabajaron juntas en la tienda Eklectos con las diseñadoras Tery y Keny. Luego vino Alquimia, con Keny, sin Ángela y con Marcelo Rojas, que duró siete años. En ambos casos fueron la única casa de diseñadores en Santa Cruz. “Cuando llegaba gente de afuera que quería ver alta costura cruceña, éramos la única opcion”, “hicimos un excelente papel juntas, incluso representamos a Bolivia en semanas de la moda en Miami”, cuenta Elva.
Para Alejandra aliarse es una forma de dar soluciones. Al tener los vestidos listos se ahorra el tiempo de la elección del modelo, la compra de la tela y la confección. Una estrategia adecuada para estos tiempos vertiginosos.
Nuevas generaciones, nuevas alianzas
La aparición de nuevas alianzas emprendidas por jóvenes diseñadores son la respuesta a una necesidad, dice Elva Nagashiro, y es que la moda es una industria popular y competitiva. Con tanta competencia, es obligatorio encontrar formas creativas para comercializar las marcas. Me gusta la iniciativa de la tienda Bazar, que recoge propuestas de diseñadores impetuosos, que están comenzando. Están tomando en cuenta la opinión del cliente que busca ropa ‘pret a porter’, nosotros nos dedicamos más a los trajes de gala y de cóctel. Ellos captaron el mensaje: “la unión hace la fuerza”.
Bolivia ¿qué nos falta?
Para Alejandra Moreno, Bolivia tiene todo lo que se necesita para convertirse en una capital de la industria textil. Como Argentina o Brasil. Considera que sobra talento y empuje en los nuevos profesionales, pero falta apoyo de las instituciones y, un poco, romper el estereotipo de considerar a los diseñadores como costureros.
Oferta Amén y .
Alejandra Moreno informó que los precios son muy competitivos, encontrando prendas o conjuntos desde los 80 dólares americanos. Para pedidos, cada diseñadora continuará en su propio taller, atendiendo a sus clientes normalmente.
El sello es la exclusividad
Elva Nagashiro considera que la exclusividad es un factor competitivo. Personalizar diseños, estampados y hasta la combinación de texturas es lo suyo. Nagashiro ejerce y disfruta, como una científica, con la experimentación, la investigación de nuevas técnicas de costura, la impresión, pintado y hasta teñido de telas. Para ella su profesión transita todo el proceso, desde la creación del diseño, la elección de materiales, la elaboración y finalmente la ‘personalización ‘de la prenda. Cada vestido es un producto diferente. Amén y punto.
Estilos diferentes juntos
Ángela se define como clásica elegante, Alejandra también, con un toque juvenil y Elva se anota entre las osadas; sin temores pone un tul naranja sobre una seda estampada con vivos turquesa.
Trascender límites
La suma de fuerzas en aras del fortalecimiento del sector, de los empresarios de la moda, sus marcas y la industria en general es el camino correcto hacia el engrandecimiento del rubro. Una alianza que apueste al desarrollo y que Santa Cruz se consolide como la capital boliviana de la moda es un paso más, una muestra del poder de este sector que aún no demuestra todo lo que puede, pero está en camino
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