jueves, 6 de marzo de 2014

La ‘cholita’ rompe moldes sobre la pasarela con su primera escuela de modelos

La evolución social de la ‘cholita’, la mujer indígena aymara boliviana que viste a la manera tradicional, continúa imparable como atestigua la apertura en La Paz de la primera escuela de modelaje para este colectivo femenino. Se trata de una iniciativa impulsada por Rosario Aguilar, quien fuera una de las primeras cholitas en ocupar un cargo político en Bolivia y que desde hace casi una década también promueve anualmente un desfile de moda para estas mujeres. "El modelaje (para las cholas) no es el mismo que el de una señorita de vestido", explicó Rosario Aguilar a Efe, en referencia a las diferencias de las características en la vestimenta. En la escuela, además del modelaje, se impartirán cursos sobre liderazgo, cultura, protocolo y desenvolvimiento en los medios de comunicación. La idea surgió, indicó Aguilar, tras ver cómo desfilaban jóvenes cholitas en una agencia de modelaje. Estas chicas, según la promotora de la nueva escuela, se movían sobre la pasarela de una forma "occidental" que no hacía justicia a la vestimenta tradicional de las cholitas, que demanda otro tipo de movimientos para ser lucida en todo su esplendor. Para la promotora, la cholita modelo "es más coqueta, tiene que tener más movimiento brusco pero combinado con la sonrisa y la picardía, la postura erguida y una pose de orgullo". Una "cholita" en la pasarela, indicó Aguilar, debe caminar de forma coqueta, "los movimientos un poquito más bruscos porque al girar se tiene que ver además de la pollera, la enagua, y al mismo tiempo el zapato". En la escuela de modelaje las jóvenes practican movimientos como el "giro a media luna, giro completo o los cruces" para lucir la indumentaria, refirió la directora de la escuela. A diferencia de lo que ocurre en la moda tradicional, las tendencias en la indumentaria de las "cholitas" no se rigen por las estaciones. Aguilar también resaltó la importancia de las joyas para "la mujer de pollera". Cuando las cholitas quieren lucir sus mejores joyas, visten enteramente de negro para que resalten la plata y oro de las alhajas, que son mucho más grandes -y por tanto, más valiosas- que la joyería a la occidental. No podía faltar una mención al aguayo, el colorido tejido característico de los Andes que las cholitas utilizan como abrigo o adorno, pero sobre todo para cargar a sus bebés y transportar bultos sobre su espalda. La chola paceña fue declarada en 2013 "patrimonio cultural intangible" de la ciudad de La Paz por ser, a juicio del historiador Antonio Paredes, "la identidad del pueblo paceño" y "heredera del mestizaje". EFE

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