viernes, 11 de julio de 2014

Así vestimos, así pensamos

Cuando la profesora Karen J. Pine pidió a un grupo de estudiantes de la HERTS que se pusieran una camiseta de Superman causó cierta sorpresa a todos, pero había una razón científica detrás de esta desconcertante solicitud: quería averiguar si la ropa con contenidos heroicos era capaz de cambiar el pensamiento de los participantes.

La docente encontró que este tipo de indumentaria estimula la impresión de uno mismo y en la prueba permitió a los estudiantes sentirse más fuertes físicamente.

Éste y otros descubrimientos de cómo la ropa puede cambiar nuestras mentes, es el tema central de su libro titulado “Mind What You Wear: The Psychology of Fashion”, (Fíjese en cómo se viste: La psicología de la moda), que desvela las fascinantes consecuencias cognitivas, sociales y emocionales de lo que llevamos puesto.

Según la profesora Pine, “cuando los estudiantes llevaban la camiseta de Superman se calificaban a sí mismos como más agradables y superiores a otros estudiantes, y cuando se les preguntó cuánto peso calculaban que podían levantar físicamente los que llevaban la indumentaria del superhéroe pensaban que eran más fuertes que aquellos que vestían una camiseta convencional o su ropa habitual”.

Interiorizando los ropajes exteriores

Según indica Pine en su libro, tras las investigaciones oportunas, los procesos mentales y las percepciones de la gente pueden verse alteradas por la indumentaria, ya que las personas tienden a interiorizar, es decir a incorporar a su propia manera de ser, pensar y sentir, las ideas o acciones ajenas y el significado simbólico de sus ropajes exteriores.

En “Mind What You Wear”, la profesora Pine describe cómo las mujeres que participaron en un examen de matemáticas tuvieron un peor desempeño cuando estaba enfundadas en un traje de baño que cuando llevaban un suéter.

La experta británica también describe cómo el simple hecho de ponerse una bata blanca mejora la agilidad mental de las personas, “porque al llevar esta ropa, su cerebro se prepara para asumir las capacidades mentales que se asocian con ser médico”, según indica.

En una investigación anterior la profesora Pine había descubierto que las mujeres tienen más probabilidades de usar los pantalones vaqueros cuando están deprimidas.

Ahora, en este nuevo estudio, revela que cuando las mujeres están estresadas utilizan menos su armario, dejando de lado el 90 por ciento la ropa, y que la principal razón femenina para vestirse de un modo determinado no es tener un aspecto atractivo, sino sentirse seguras de sí mismas.

Cómo vestirse para sentirse mejor

Según Pine, de estos hallazgos científicos se puede sacar la conclusión de que “no sólo somos lo que vestimos, sino que además nos convertimos en lo que llevamos puesto”.

También, en opinión de la experta, podemos extraer algunas recomendaciones sobre cómo sentirnos más felices y más seguros con la ropa adecuada.

Consultada por Efe-Reportajes sobre los elementos de la indumentaria que más pueden influir en nuestra mente y estado de ánimo, la doctora Pine proporciona las siguientes sugerencias para aumentar nuestro bienestar por medio de la ropa que vestimos:

1. “Llevar nuestro vestido favorito de buen corte y confeccionado en una hermosa tela, nos levanta el estado de ánimo. Por ejemplo, en las mujeres una prenda acampanada en forma de ‘peplum’ (una falda corta con volante en la cadera normalmente pegada a un cuerpo entallado) crea la proporción ideal entre cadera y cintura, que resulta muy femenina y cómoda”, señala.

2. “Una pieza de joyería “statement piece” (de manufactura muy elaborada, audaz, exclusiva y con estilo muy personal y representativo de quien la lleva), que señale a la mujer como una persona muy especial, le hará sentirse como alguien que lleva una insignia o una medalla de honor”, según Pine.

3. “Los colores que se encuentran en la naturaleza, como el azul cielo, las hojas verdes o el amarillo del sol al amanecer, nos enlazan con el mundo natural, protegiéndonos de las emociones negativas y dándonos una ráfaga extra de energía”, señala.

4. Según Pine, los patrones “juguetones”, como lunares o estampados abstractos, pueden resucitar aquellos sentimientos sin preocupaciones que experimentamos en la niñez.

5. Los artículos de indumentaria no coincidentes, por ejemplo, una chaqueta de cuero sobre un vestido vaporoso; una prenda formal combinada con otra informal; o una ropa ‘vintage’ combinada con otra de estilo nuevo; pueden ser muy estimulantes, porque el cerebro goza de novedad y sorpresa, según la profesora de la Universidad de la Universidad de Hertfordshire.

6. “Vestir una de nuestras prendas favoritas, llevar una prenda llamativa en lugar de apagada o ponernos nuestro sombrero o zapatos preferidos, ayuda a ahuyentar la tristeza”, según Pine.

7. “Si está estresado, usar ropa ajustada, suelta y cómoda, y elegir los colores que se encuentran en la naturaleza contribuirá a recuperar el sosiego y reducir la tensión nerviosa”, señala.

8. Si nos sentimos cansados, la profesora Pine recomienda elegir patrones “juguetones”, audaces o colores brillantes, que “harán las delicias de nuestro cerebro”, según concluye.

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