sábado, 26 de julio de 2014

Confesiones de una reina, Beatriz Canedo Patiño

Con un look menos sofisticado de lo que se podría esperar, Beatriz Canedo Patiño nos concedió la entrevista en su showroom de la avenida Arce, en la ciudad de La Paz. De chompa, zapatos planos, pantalón negro, poco o nada de maquillaje, dejó escapar una sinceridad a quemarropa, digna de un temperamento con bases de hormigón. Durante la charla, café de por medio, la diseñadora de modas enfatizó en la necesidad de transmitirse como una persona sencilla y espiritual. Nunca se casó, pero estuvo comprometida tres veces y asegura que es profamilia.

¿Cree que la ven sencilla?
No sé, no puedo contestar por la gente.

¿Pero le importa lo que piensen?
No los culparía porque no conocen a la verdadera Beatriz, solo conocen a la marca, la diseñadora de alta costura, pionera a nivel mundial, reina de la lana de alpaca y no sé otros títulos que me dan. Me considero sencilla y los que me conocen lo saben. Hoy en día no hay espacio en el mundo para la falta de sencillez.

¿Tiene carácter fuerte?
No me definiría así. Hay personas pasivas y no pasivas; me gusta solucionar problemas, no me gusta dejar las cosas a medias. Soy muy dura conmigo misma, los que estamos en el mundo del arte tendemos a ser exigentes; no sé si es defecto o virtud, pero creo mucho en la disciplina y la buena organización. Mi experiencia en el manejo de empresas hace que valore el criterio y el sentido común por encima de los títulos universitarios y los idiomas.

¿Se considera espiritual?
Es muy fácil perderse en un mundo tan efímero como el de la moda, la farándula y los grandes negocios; es importante tener cierta espiritualidad para no perderse a uno mismo. El crédito de esto lo tienen mis padres 100%. Me encantan mis momentos de paz, de vez en cuando paro el carrusel para estar conmigo y no marearme.

¿Viene de cuna de oro?
No me gusta esa frase, yo vengo de una familia muy digna, íntegra, extraordinaria. Nací en una familia muy estable económicamente, si a eso nos vamos, pero mis padres, David Canedo y Aida Patiño del Valle, toda la vida nos han inculcado valores. Aprendimos a no perder de vista la solidaridad donde sea que lleguemos. Voy a cumplir 30 años de carrera y estoy comprometida con diversas causas sociales, no solo como imagen, sino involucrándome. He trabajado a favor de siquiátricos, del VIH/sida, de los hospitales de niños, cáncer de mama, asilos, niños quemados. He sido nombrada por Visión Mundial embajadora de buena voluntad en la lucha contra el tráfico de niños y la trata de personas, que se ha convertido en el negocio ilícito más rentable, por encima del narcotráfico y las armas. Es gravísimo.

¿Cuando se mira al espejo le gusta lo que ve?
Jamás pretendería ser perfecta. No contestaría que me encanta 100% lo que veo en el espejo, no importa la edad que tenga, ni lo avanzado, todavía me queda recorrido, tanto a nivel personal como profesional. Tengo muchos proyectos laborales por realizar y, como persona, pido a Dios que me dé un poquito más de paciencia, justamente porque me gustan las cosas bien hechas.

Nunca se casó...

Estuve tres veces a punto de casarme, pero no lo hice por decisión propia.

¿No es como la novia fugitiva que teme al matrimonio?
No tanto como eso. Me comprometí una vez en Londres y dos en Estados Unidos, pero creo que cuando uno ama a otra persona tiene que pensar en ella, eso es verdadero amor. No lo digo con orgullo, fui yo quien rompió las relaciones; soy terriblemente a la antigua, de las mujeres que están con un solo hombre. Tuve relaciones especiales, genuinas, no pasajeras, ordinarias, de una semana o una noche. Si no hubiera amado o sido amada, no podría crear como artista; no concibo la vida sin amor.

¿Qué es el matrimonio?
Algo hermosísimo, extrordinario. Soy profamilia, pero sí estoy en contra de casarse por casarse o por algún interés, ya sea material, por un apellido o por ser la esposa de alguien poderoso. Es el error más grande. En eso no hay grises, tiene que haber amor de por medio.

¿No se siente sola?
En absoluto, pero me hace muchísima falta mi madre porque era mi mejor amiga. En este julio se van a cumplir dos años de que ella falleció. No me aburro conmigo misma, vivo sola desde mis 21 años, cuando me fui a estudiar a París, he nacido con una mente curiosa, aventurera. Cómo puedo aburrirme, tengo trabajo, me encantan los libros, una buena película y los amigos.

¿Ha pensado en la adopción como alternativa?
La verdad es que nunca lo he pensado.

¿Tiene alguna nostalgia?
Extraño tener más tiempo para ocuparme de las cosas que realmente me encantan a nivel personal. En Nueva York tenía más tiempo para salir, irme por un fin de semana a todas partes, leer, estar con amigos. Hoy las horas de trabajo se están haciendo más largas, o quizá uno se va haciendo selectivo.

¿Le pesó quedarse?
No, en lo absoluto, porque estamos sacando un extraordinario producto hecho en Bolivia y represento al país en muchos lugares. A nivel personal es diferente, no lo puedo negar, no voy a pintar otra cosa porque en una entrevista se dice la verdad. No ha sido fácil porque estaba comprometida y extraño muchas cosas, no solo de Nueva York, sino de París. Extraño mucho las artes, espero que no me malinterpreten, pero quisiera escuchar una ópera, o disfrutar un verano en Central Park con Plácido Domingo cantando al aire libre La Boheme o Aida

PUEDE HABLAR DE TODO

FAMILIA
Es hija de David Canedo y Aida Patiño del Valle. Tiene dos hermanos hombres y dos mujeres.

INFANCIA
A los 13 años se fue a vivir a Europa con su familia. Retornó a mediados de los 90.

ESTUDIOS
Cursó un semestre de Ciencias Políticas en La Sorbona, pero el espíritu parisino la sedujo y decidió dedicarse a la moda.

PIONERA
Fue invitada a ser diseñadora de Dior Nueva York, pero apostó por el mundo de las telas de camélidos. Es creadora del Evo look.

UNA CONFESIÓN
Le molesta que copien sus diseños. “Es como que a un Picasso le borren el nombre”, dice.

NO PENSABA VOLVER A BOLIVIA
Quiso montar su fábrica en el país y tener su showroom en Nueva York, pero resultó muy intenso.

UNA MUJER CULTA
Habla tres idiomas (inglés, francés y español). Tiene un interesante nivel de charla sobre temas políticos e internacionales.

LA MODA
Dice que no es lo que dictan los diseñadores porque hay ingredientes comerciales de por medio. “Es transmitir la propia individualidad”, asegura.

ELEGANCIA
“No es llevar marcas de alta costura, sino cómo uno se conduce”

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