miércoles, 20 de agosto de 2014

100 años contenidas por el sostén

A veces, las cosas más grandes nacen de una idea estúpida o de pura necesidad. Al corsé que tanto apretaba a las mujeres una inquieta dama le cortó las varillas, le puso tirantes y creó un invento que marcó el siglo XX para el mundo femenino.

En 1914 una joven de 19 años patentó lo que hoy todo el mundo conoce como sujetador, brasier o sostén. La prenda no consiguió mucho éxito cuando se comenzó a comercializarla, pero hoy mueve grandes cantidades de dinero y sigue siendo la prenda fetiche de muchos.

Hace 100 años

En 1910 Mary Phelps Jacob modificó su incómodo corsé y así fabricó un sostén que patentó años más tarde.

Hay que aclarar que no se trata del primer sujetador de la historia, pero su diseño fue el primero en ser ampliamente utilizado. Marie Tucek patentó el sujetador por primera vez en 1893 pero era mucho más complejo, lo que hizo Jacob fue simplificarlo.

Lo que parecía un perfecto negocio, no lo fue para Jacob. Su empresa, Fashion Form Brassiere Company, no registró grandes ganancias, por ello, decidió aceptar una oferta por $us 1.500 de la Warner Brothers Corset Company de Bridgeport por los derechos de su patente.

Consolidación

La llegada de la Primera Guerra Mundial dio el paso definitivo a la instauración del sujetador. Y es que, el metal destinado a la fabricación del corsé lo monopolizaba ahora la construcción de material de guerra.

A esto se unió que las mujeres comenzaron a trabajar en las fábricas ante la necesidad de hombres, por lo que resultaba imposible combinar horas y horas de trabajo con esa incómoda prenda.

Hoy en día

A pesar de que fue en los años 30 cuando, por primera vez, se estandarizaron las tallas de los sujetadores gracias a la modista Ida Rosenthal, al día de hoy, una de cada dos mujeres europeas no conoce su talla real y una de cada tres, no usa sostén.

Mientras que en Latinoamérica su uso es mucho más generalizado y en países como Colombia y Brasil hay grandes industrias dedicadas a su elaboración, conjugando materiales, diseños y colores porque el sostén es, definitivamente, una prenda sensual que hombres y mujeres aman


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