viernes, 26 de septiembre de 2014

‘Quiero que la gente se sienta bien al vestir algo hecho aquí’



¿Cuál es el concepto de tus marcas B-ellas y Sweet Pachamama?

El concepto de mis marcas es think local act global que es utilizar materia prima boliviana al igual que mano de obra, pero para crear productos completamente internacionales. Es decir, cuando ves cualquiera de mis productos no sientas que es un producto folklórico, pero sí con señas netamente bolivianas, es decir, me gusta mezclar lo nacional e internacional.

¿Cómo surgió tu inquietud por el diseño?

Es algo que siempre me ha gustado, no sé desde cuándo exactamente, desde chiquitita me ha apasionado.

¿Cómo creaste tus marcas?

B-ellas nació a partir de que todos los muebles que diseñaba gustaban al entorno. Siempre me han gustado las sillas, entonces empecé a diseñarlas y todas me hacían recuerdo a algún tipo de mujer, por lo que luego de diseñarlas les ponía un nombre y eran todas muy femeninas, así que el nombre surgió sin pensarlo mucho.

Sweet Pachamama fue creada hace un año, estando en China. Siempre me ha interesado trabajar con mano de obra y materiales bolivianos. Yo tenía algunos materiales que me había llevado de aquí y empecé a crear mis carteras. Al venirme a Bolivia este año comencé a intentar diseñar chompas, entre otro tipo de cosas. Ha sido algo muy natural, ya que siempre me ha gustado la fusión de los elementos internacionales y la materia prima de aquí, así que ambos dan como resultado esta marca.

¿Para qué tipo de mujer has pensado tus marcas?

Las sillas, aunque son muy femeninas, están pensadas para mujeres y para hombres, para los hogares. No es que están dirigidas a las mujeres. No hay un tipo de personas, sino que he creado todo para la gente a la que le guste el arte y vea en mis productos algo nuevo y diferente.

Yo busco que cuando adquiera una B-ella, la persona sepa que es algo más que una silla, es un artículo de diseño, está pensado y va mucho más allá de lo funcional.

La marca de Sweet Pachamama, si bien tiene un toque moderno que podría tener a mujeres entre los 20 y 45, llega a clientes que son mucho mayores, entonces creo que es una marca creada para la mujer urbana, dinámica y moderna, sin tope de edad.

¿Por qué elegiste trabajar con muebles y ropa?

Yo estudié diseño de interiores y mi vida laboral es la que me ha llevado a estas variantes. Yo trabajaba en un estudio de arquitectura en España que hacía mobiliario, entonces empecé a apasionarme con el diseño, sobre todo con las sillas y después de eso entré a trabajar en una galería de arte y de muebles de diseño, donde una pieza de mobiliario es única. Viajaba con mucha frecuencia a Milán a las exposiciones y empecé a ver cómo se movía el mundo de los diseñadores industriales y fue ahí que realmente comenzó mi locura por diseñar.

Lo de la moda es más un gusto personal, jamás he pasado una clase de patronaje, me gusta coser, pero no soy buena en eso. Sin embargo, siempre me ha gustado la ropa, la moda y siempre estoy al tanto de las tendencias; todo eso me ha ayudado a crear Sweet Pachamama.

Ahora que radicas en China, ¿cuál crees que es la percepción que se puede tener allí de tus productos?

La marca Sweet Pachamama aún no se conoce en China, ya que la empecé a realizar acá en Bolivia cuando me vine en enero y aunque la creé allá, todavía no se ha comercializado, así que no sé cual será la reacción. Las sillas B-ellas sí se han expuesto y vendido en China. La reacción ha sido muy positiva por el colorido, el diseño y los materiales, como la alpaca, a pesar de que la gente recién los está conociendo, sí es algo que gusta mucho. Lo bueno es que he tenido muy buena aceptación.

¿Qué buscas transmitir con tus productos?

Hoy por hoy, la gente no sabe mucho de diseño de muebles contemporáneo, por lo que a mí sí me interesa que se valore el trabajo. No de la forma “boliviana”, que cuando ves algo interesante en una revista, te copias el diseño. Me interesa que la gente sepa admirar y reconocer el diseño contemporáneo y que le interese adquirir esas piezas sabiendo valorar todo el proceso.

Con la ropa busco que la alpaca deje de ser una chompa carísima de diseñador o la típica prenda de souvenir. Yo quiero que sea algo moderno, vanguardista, al alcance de todos, pero sobre todo busco que la gente se sienta muy bien al vestir algo hecho aquí. Es algo con lo que sentirás muy a la moda, tanto acá como en ciudades como Nueva York o París.

¿Por qué no solo exportar?

Lo que busco aquí en Bolivia es motivar a la gente a querer tener una pieza única, como una silla B-ellas, que tiene un valor agregado y no solo se quiera comprar modelos que se ven en una revista y se mandan a copiar con un carpintero.

Perfil

Valeria Villa-Gómez Cajías nació en Buenos Aires (Argentina) el 1 de septiembre, es la segunda de cinco hermanas. Creció en La Paz, estudió en el colegio Alemán salió bachiller del colegio Montessori. Estudió Diseño de Interiores en la Universidad Nuestra Señora de La Paz e hizo una maestría en la Escuela de Diseño de Madrid. Su marca B-ellas se inicia en 2009 y Sweet Pachamama, en 2014.

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