¿Dónde no vimos Úrsula Cabrera? Definitivamente esta deportista y arquitecta de 33 abriles se consagró este año en su vocación de diseñadora de modas y como campeona nacional de triatlón. Modelando sus diseños y con mucha simpatía, nos contó qué hace para ser una mujer todoterreno y no morir en el intento.
Este año estuviste en muchas actividades de arquitectura, diseño y deporte, ¿qué es realmente lo tuyo?
Lo mío es generar bienestar en todo lo que hago. Me encanta crear, soy una mujer muy activa y apasionada por la vida.
Empezaste a diseñar ropa para el Bolivia Moda 2012, ¿cómo te animaste?
Un año antes, Pablo (Manzoni) me dijo: “Sos muy loca, hacé una colección”; y en 2012 entré sin mucha confianza y pensé: “Voy a hacer lo que yo usaría y que compraría”. Así fue.
¿Cómo definís el estilo de tus diseños?
Es urbano y casual con toques geométricos. Me gusta que algunas prendas tengan un diseño complicado y que el molde no se entienda a primera vista.
¿No has pensado ‘jugártela’ por trajes de gala?
He hecho algunos vestidos de noche, especialmente para lo que se viene con el Mocah, quiero presentar algo más elegante. Si bien mi ropa es casual, será para lucir de noche.
Recién volviste de la carrera de triatlón Ironman 70.3 ...
Fue la primera vez que me metí a un Half Ironman. Aunque desde niña hacía deportes y los fines de semana andaba en bicicleta montañera o corría, ahora soy campeona nacional de triatlón y atletismo. Cuando me inscribí para el Ironman no lo veía posible, no sabía cómo lo iba a lograr. Es como no saber hablar japonés y de pronto hacerlo.
¿Cómo evaluás tu participación?
Tenía que nadar 1,9 km en aguas abiertas y planeaba hacerlo en 35 minutos, pero lo hice en 57. Es una de las cosas más duras que hice, no sabía que había medusas. El 90% de los participantes fue picado por ellas y yo también.
Quedé en el puesto 64 entre 3.000 participantes de mi categoría. No me baso en los tiempos, porque fue mi primera vez, ahora ya sé qué entrenamiento debo tener.
Hace poco cruzaste nadando el estrecho de Tiquina...
Sí, fui a un campeonato de acuatlón. Ahí es a meterle con coraje por la altura y las temperaturas superbajas, pero maravilloso, el Titicaca tiene una energía diferente. El 22 de noviembre competiremos 15 personas en el Higest Triatlón en el Titicaca, que será el triatlón más alto del mundo, para los Guinness Records.
¿Cómo te das tiempo para entrenar?
Me despierto y a las 5:30 ya estoy en la bici. La noche es más relajada y trato de mantenerme libre. He empezado a disciplinarme para dormir, porque hasta los días de Casa Cor me saqué el cuero con los desvelos.
¿Y tiempo para tu vida social? Tenés muchos grupos de amigos: Las aventureras, Los Perdedores...
Con Yael Rozenman, Antoinette van Dijk y Patricia Barrón nos decimos Aventureras porque por ejemplo Yael y Patricia escalaron el Huayna Potosí, y con Antoinette lo tenemos pendiente. Mi grupo de Los Perdedores es muy divertido y de todas las edades, hay filósofos y artistas. Ahí está una de mis mejores amigas de colegio, Bernarda Aparicio, con la que puse hace años mi primera tienda de ropa (Tomatina), también tengo mis amigos nadadores y los de triatlón.
¿Qué tal el amor?
Estoy desde hace un año con Ramiro Sáenz. Nos conocimos por el triatlón y entrenamos juntos. Con él estuve en la maratón de Buenos Aires. Nos llevamos bien.
La típica pregunta de abuelita: ¿cuándo te casás?
No tengo fecha, pero sé que voy a tener familia y me casaré algún día. Mi idea es sentirme primero completa conmigo misma, ahora estoy en tantas cosas que me hacen sentir viva, pero creo que tengo que llegar a un equilibrio
CARA A CARA
CON ÚRSULA
¿SOS MODELO DE TU ROPA?
Generalmente sí, uso lo que hago y hago lo que luciría
UN LIBRO...
La trilogía Conversaciones con Dios, de Neale Donald Walsch.
Se la recomiendo a todos
TU RELIGIÓN...
Me defino espiritual. A veces voy a la iglesia católica, otras veces a la evangélica y a Hijos del Sol
UN DISEÑADOR INTERNACIONAL...
Martin Margiela
UNA REVISTA
La Nylon y la W, que no se pillan mucho pero son las que busco
¿TENIS O TACONES?
Me encantan los dos... ¡chinelas! (risas)
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