jueves, 4 de diciembre de 2014

Cuídate de la adicción a las compras

Esta patología ha inspirado hasta películas. Sin darse cuenta, muchas personas sufren de esas ganas desmedidas, descontroladas y recurrentes de adquirir cosas; ya sea para sentir satisfacción o, simplemente, llenar algún vacío. Aunque parezca un mal “glamoroso”, la adicción por las compras trae también sufrimiento.

“Entre las causas no figura la verdadera necesidad de tener un objeto; sino un descontrol de los impulsos, acompañado de un pensamiento irracional que surge de una urgencia emocional, como también de la falta de autoestima, de un vacío o de la imposibilidad de soportar frustraciones y problemas, entre otros factores”, explica la psicóloga Claudia Peredo.

En la psicología clínica, a este mal se lo conoce como trastorno compulsivo por las compras, que presenta situaciones extremas de descontrol debido a que la persona realmente cree que existe “la necesidad” de comprar cualquier cosa material, aunque en realidad no sea un requerimiento primario, precisa su colega Vanesa García.

García asegura que es de suma importancia destacar que detrás de toda adicción hay una depresión. “En este caso, siempre va dirigida a realizar un gasto, a despilfarrar el dinero, incluso a quedarse con deudas económicas por complacer esa necesidad de comprar”, y aclara que cuando se es adicto no se miden las consecuencias y el entorno inmediato, que es la familia, es el principal núcleo en ser afectado, ya que genera preocupación, conflicto, rebalse de límites y deterioro en la confianza.

Hay síntomas de este mal a los que se debe prestar atención, dice Peredo. “Existen claves para diferenciar a las personas que compran mucho de forma natural de quienes sufren una patología. En este último caso están aquellas que cuando se sienten tristes, deprimidas o enojadas, lo único que les calma es ir de compras. Cuando ven algo que les gusta, hacen todo para obtenerlo. Con frecuencia adquieren cosas poco útiles de las que después se arrepienten. Ven que se les va el dinero sin darse cuenta y, a menudo, están irritadas por haber gastado el dinero tontamente”.

García recomienda realizar un diagnóstico de depresión y autoestima, así se podrá medir el grado de impulsividad y ansiedad, además de valorar el nivel de satisfacción que se tiene respecto a la vida actual.

Esos parámetros ayudan a establecer una terapia cognitivo-conductual para superar esta situación. “Algunos casos pueden enmascarar un cuadro de trastorno obsesivo compulsivo, por eso es muy importante identificar el grado de severidad en el caso”, expone.

Para el tratatamiento existen algunos inhibidores de determinados neurotransmisores, como la serotonina (muy relacionada con el estado de ánimo), aunque las terapias del comportamiento han demostrado mucha utilidad. En todo caso, cualquier fármaco, lo debe recetar el especialista.

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