domingo, 10 de mayo de 2015

Moda boliviana inspira al mundo

En los últimos años, el mundo de la moda asiste a la llegada de estilos étnicos inspirados en motivos indígenas y andinos. Diseñadores como Christian Dior o la firma Adidas se sumaron en diferentes temporadas a la fiebre del estilo ethnic-chic, que hunde sus raíces en telas y formas de vestir de pueblos originarios.

La revista Vogue calificó la tendencia como una fusión cultural en la que la clave del estilo es “que se atreve con las combinaciones de estampados, el exceso de accesorios y una explosión de color tan atractiva como casual”.

La colección de invierno 2005/06 del diseñador Christian Dior impactó cuando varias modelos desfilaron con creaciones basadas en el traje típico de la cholita paceña, un atuendo heredado de las españolas en tiempos de la colonia y que hasta hace poco era considerado un estigma social.

Con la llegada de Evo Morales al poder y la revalorización de todo lo indígena –especialmente aymara y quechua– se ha generado una industria millonaria alrededor del traje de cholita visible cada día en las calles de las ciudades occidentales del país, pero que goza de mayor esplendor en festividades como el Gran Poder o el internacional Carnaval de Oruro.

Se calcula que un traje de chola puede llegar a costar aproximadamente 300 dólares, superando incluso el salario mínimo nacional.

El empoderamiento económico, político y social de la nueva burguesía aymara es visible no solo en sus prendas sino también en sus viviendas. Las mujeres de pollera dueñas de las industrias textiles más prósperas del país viven en los famosos “cholets” de El Alto y viajan a China con traductores para comprar e importar telas, un negocio que podría acabar con la producción local si llegara a masificarse.

El cantante, productor y compositor estadounidense Pharrel Williams sumó la categoría de diseñador a su elenco de profesiones el pasado mes de febrero cuando diseñó una línea exclusiva de deportivas para la firma Adidas inspiradas en la cultura y artesanías bolivianas. Las clásicas ‘superstars’ de los 80 dieron un giro al incluirse a ambos lados tejidos de aguayo. El lanzamiento se hizo el 14 de febrero en Estados Unidos, donde se vendió durante un solo día la colección limitada.

El poncho, típico abrigo de las zonas andinas, fue creado por los amerindios y asimilado con el paso del tiempo por los criollos. Ahora las ‘it girls’ (jóvenes influyentes del mundo de la moda) más aclamadas del panorama internacional lo consideran una prenda necesaria en sus armarios.

La ‘celebrity’ neoyorkina Olivia Palermo o Sarah Jessica Parker (de la serie Sexo en Nueva York) han incorporado el poncho a su estilismo diario convirtiéndolo en un clásico del invierno.

El presidente Evo Morales ha sido uno de los responsables de mostrar la moda andina a ojos del mundo. Con la llegada a la presidencia puso su estilismo en manos del ya famoso sastre Sillerico, que en los nueve años de mandato le ha debido confeccionar alrededor de un centenar de chaquetas con motivos inspirados en la tela de aguayo.

Además de los trajes de Sillerico –que le han costado el calificativo de Evo Fashion por parte de la prensa en reiteradas ocasiones– el mandatario atesora la segunda colección de ponchos más importante del país, solo después de la del Museo de Etnografía y Folclore. Se habla de que al menos tiene 500 ponchos en su haber, cada uno de ellos valorado en 200 dólares.

Morales confirmó a la agencia EFE, que donará sus ponchos al que será el museo más grande de Bolivia y que estará dedicado a la historia de las luchas indígenas y a su propia “revolución”.

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