viernes, 20 de enero de 2017

Tacones: ¿Sí o no?

La noticia de una recepcionista británica que fue despedida por negarse a usar tacones en el trabajo en mayo pasado se hizo viral en Internet y a partir de ahí el debate y la polémica se dispararon.

Algunas caras conocidas que han manifestado su posición frente a los tacones han sido las actrices Julia Roberts, Susan Sarandon y Kristen Stewart. Se rebelaron contra el riguroso código de vestimenta impuesto por la alfombra roja del festival de Cannes y aparecieron la primera sin tacones, otra en zapatos planos y la última en zapatillas de doble suela.

En el programa de radio semanal “El Bisturí” (España) la doctora África López-Illescas, especialista en Medicina Deportiva, ha tratado este asunto. Además, un informe del Colegio de Podólogos de Andalucía se pronuncia al respecto.

Cómo afecta a los pies

Los expertos aseguran que los tacones afectan de manera negativa a los pies. “Un tacón por encima de los 3 centímetros de base produce una alteración biomecánica de todo el cuerpo tanto estática, cuando estamos de pie, como en la marcha. Estas alteraciones biomecánicas afectan al aparato locomotor, produciendo lesiones, dolores e incluso cojera“, señala África.

La doctora añade que la inestabilidad en base de sustentación, puede producir “alteraciones en el equilibrio y en la coordinación“.

“Cuando se producen modificaciones del equilibrio y la coordinación significa que está alterado el sistema nervioso central. El cerebro tiene que estar trabajando para reequilibrarse ejerciendo una actividad neurosensorial dirigida sólo a esto, lo que produce una gran fatiga del sistema nervioso central y no se presta la misma atención a otras tareas”, detalla la doctora especializada en medicina deportiva.

El presidente del Colegio de Podólogos de Andalucía, Jorge Barnés, explica que el uso excesivo de tacones puede llegar a modificar la estructura del pie y facilita la aparición de afecciones como: inflamaciones, dedos de garra, dolor o Hallux Valgus (los conocidos juanetes).

“Su uso abusivo puede provocar problemas de estabilidad, callosidades y malformaciones”, señala el especialista Barnés.



Lesiones comunes

“Las mujeres pasan por quirófano cuatro veces más que los hombres por problemas de los pies, es un dato que nos indica que el tacón es un factor discriminante”, decreta África López-Illescas.

Los pies no son los únicos que sufren las consecuencias de este calzado, también “las rodillas, la espalda, el cuello e incluso pueden provocar dolores de cabeza“, sentencia la doctora.

La médico especializada en medicina deportiva relata que las lesiones más características son:

• Las fascitis plantar

• Las talalgias

• Los helomas dolorosos

• Las lesiones se pueden llegar a cronificar con el uso del tacón

• Deformaciones como el Halus Valgus (el típico juanete)

• Los dedos en martillo

• El acortamiento de la fascia posterior

• Incluso se ha visto que son factores para producir artrosis precoz



El tipo de tacón importa

• Los tacones de aguja son los más inestables y perjudiciales para la salud porque provocan más problemas ortopédicos.

• Los tacones más anchos y con plataformas más elevadas, que no tienen tanto desnivel, son mejores porque producen menos lesiones. Hay que tener en cuenta que pesen poco y que sean estables.

• La cuña corrida no superior a 5 centímetros de altura es más recomendable, según el Colegio Profesional de Podólogos de Andalucía.



Recomendaciones

Si a pesar de no estar aconsejado, se insiste en el uso de tacones altos, el Colegio recomienda:

• Ejercicios de relajación del pie con una pelota para descomprimir la fascia plantar y aliviar la presión.

• Que la suela del zapato tenga plataforma.

• Amortiguar el antepié con alguna almohadilla de gel.

• Intentar no cargar todo el peso en el pie, sentándose o apoyándose de vez en cuando.

• Si se puede, tratar de no usarlos en el trabajo.

• Calzado con suela de goma y con amortiguación suficiente para reducir la agresión del impacto

• El Colegio recomienda para las jóvenes que suelan llevar tacones que alternen el zapato alto con calzado plano, para evitar que la musculatura de la pierna se habitúe a la altura del tacón.

• Para las mujeres que lleven años usando zapato de tacón alto, el Colegio de Podólogos de Andalucía asegura que deben disminuir la altura de manera progresiva y nunca pasar al plano directamente. “Aconsejo que vayan haciendo uso cada vez de un tacón más ancho y bajo, verán que disminuirán sus dolores de espalda y sus lesiones”, relata la doctora.

Guía práctica para no sufrir (más) con los tacones

Una hora, seis minutos y 48 segundos. Ese es el tiempo que transcurre desde que nos ponemos esos tacones tan sexys y el momento en que nos comienzan a doler los pies. Del glamour a la incomodidad en apenas una hora. Lo asegura el Colegio de Podólogos de Reino Unido, en un estudio realizado con 2.000 mujeres. Un 20% de ellas, incluso, confesó sentir dolor tan solo 10 minutos después de ponérselos.

¿Existe el tacón perfecto? Según los expertos sí existe y mide 3,5 cm. Pero si tus gustos fetichistas superan esta dimensión, puedes seguir esta siete claves que ayudan a llevar los stilettos más tiempo reduciendo sus efectos secundarios.



1 Calidad versus cantidad. Olvida la tentación de comprarte unos tacones súper baratos por el simple placer de estrenar el sábado por la noche. Es importante el material en que están producidos, a la larga es mucho mejor para tu salud (y tu bolsillo) una horma de piel que el plástico.



2 Cuidado con las puntas. El stiletto es ese eterno modelo que nunca desaparece de nuestro armario, por mucho que cambie la moda. Su punta afilada estiliza la pierna y provoca un efecto visual que alarga la figura. Pero cuidado: la punta debería de comenzar donde comienzan los dedos, no más arriba. Si no, el zapato ejercerá mayor presión y el dolor llegará antes.



3 Elige bien tu talla. El estudio del Colegio de Podólogos revela que un tercio de las mujeres consultadas han llevado una talla diferente al no encontrar la suya, por el simple hecho de que los zapatos “eran tan bonitos”. Llevarlos más grandes hace que el pie se deslice hacia adelante, añadiendo presión en la almohadilla de la planta, y provocando sensación de ardor. Si se llevan más pequeños... la tortura está asegurada.



4 Invierte en el “tacón sensato”. El estilo de un zapato no reside en los centímetros de su tacón. Y si no, que se lo digan a las defensoras del kitten heel (de apenas dos o tres centímetros), también llamado tacón sensato.



5 Actitud ante todo. Oscar de la Renta dejó una frase para la historia cuando dijo aquello de: “Camina como si tuvieras tres hombres caminando detrás de ti”. Llevar tacones cambia nuestra postura corporal pero además tiene un componente psicológico arrollador, solo comparable a otro fetiche femenino: el rouge o la barra de labios en color rojo.


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