lunes, 9 de octubre de 2017

Lencería para chola



Tonos piel, tumbo, blanco, carmín, turquesa y aguamarina son parte de la paleta que pinta la primera colección de Lencería para chola, que se forma de gasas, tules y encajes. Estas texturas juegan con las transparencias y van con cintas, piedras y perlas que las adosan.

La diseñadora de la muestra es Rosmery Botello, en cocreación con el diseñador Ila Galán, su sobrino. Ambos bolivianos buscan, con esta original propuesta, evocar la sensualidad de la mujer de pollera con los detalles que caracterizan su vestimenta. Macramé, telas perladas y bordados hechos a mano están en cada una de las prendas íntimas bajo el sello La Orquídea.

Los artistas de la costura estilizan la lencería que existe. “Detrás de todo esto está la inquietud de saber qué usa la mujer de pollera en momentos íntimos y especiales, ya que la esencia de todas es verse y sentirse sensuales, y el erotismo también forma parte de su vida diaria”, dice Galán.

Brassier con push up (hacer subir), que por su diseño suspende y da una forma circular al busto, fajas que permiten el control del abdomen y calzones levanta cola son algunas prendas que se incluyen en esta colección. “Hay mujeres que no se escapan de los estándares de belleza tradicional, siempre quieren lucir más delgadas o tener cintura, incluso las de pollera, quienes solían considerarse más atractivas mientras más volumen tenían”, explica Galán, vocero de Botello.

La cultura es viva y va cambiando, por eso “nuevas cosas se van creando y la estética se va modificando con el pasar del tiempo, y hoy, las cholas pueden verse sexys usando prendas tradicionales”.

Una vez materializada lo que fue inspiración, este dúo es leal a la esencia del vestuario de chola.

Por eso, los centros o las enaguas y las blusas que llevan encajes y perlas resaltan en la muestra... al fin y al cabo “forman parte de su erotismo”. Y también de su intimidad. Eso explica que los centros, esos que van por debajo de la pollera, sugieran; aunque con el andar o bailar de quien los viste, los cuatro y hasta diez hechos de gasa se asomen discretos.

Entre las bragas, unas son modernas y otras son calzones largos como los que se usaban en el siglo XIX. “Son más largos con relación a los que se usan actualmente, pero la diferencia con los de antaño es que éstos llevan encaje y son pegados a las piernas, lo que le da el toque sexy”, describe Galán.

Los seis conjuntos de La Orquídea incluyen corsés, mallas, centros, brassiers, bragas, polleras transparentes y camisones y no pueden quedar ocultos, deben mostrarse y para ello el diseñador contactó a varias mujeres de pollera a fin de que modelen en esta sesión de fotos. Vanos fueron los esfuerzos para que ellas acepten; “son muy tímidas”. Así que otras se visten de encaje y sensualidad para presentar esta innovadora colección de Lencería para chola.

Fotos: Rogger Villavicencio

Diseños: Rosmery Botello en cocreación con Ila Galán.







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