Myriam Mancilla, Rocío Tango Flores, Guriev Ariel Belmonte Romano y Grover Rivera Butrón junto a niños que son parte de este centro, logran realizar maravillas reciclando.
La vestimenta de la saya es sencilla y de color blanco: las mujeres visten una blusa adornada con cintas. La pollera es vistosa, la manta la llevan en una de las manos y en la otra un sombrero. En base a estos detalles confeccionaron el traje afroboliviano rescatando la vestimenta original de la población que vive en los Yungas y lleva este atuendo.
El sombrero fue tejido con bolsas plásticas de color negro. Posteriormente se confeccionó la blusa que tiene características fáciles de realizar, a la que se le aumentó unos ribetes rojos y verdes también con tiras de bolsas plásticas.
La pollera fue producida con las mismas características que las originales, tomando en cuenta las alforzas y los tirantes que llevan las originales.
Pero lo más lindo del traje y lo que le da vida; es la mantilla, también fue tejida en plástico, adornado con fleco que le dio el matiz perfecto para lograr este traje muy característico de la danza en los Yungas.
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