Lo necesario para la graduada. Galo Sánchez afirma que lo primero es saber que el vestido debe aportar comodidad y seguridad, ya que si bien será la protagonista, estarán sus compañeras también con el mismo rol. La temporada está marcada por los tonos champagne y nude, aunque para las más osadas permite desde un verde turquesa hasta un rojo. Debe ser un diseño con fluidez y marcar la línea de la cintura si el cuerpo así lo permite. El joven diseñador comenta que el truco de la esbeltez se logra con los vestidos de doble armazón.
La invitada, bella sin opacar. Érika Weise recalca que el único error de una dama que asiste a una graduación es restar protagonismo. Su atuendo debe ser sencillo pero elegante, la discresión será su mejor aliada a la hora de elegirlo. También acorde a la temporada son válidos los tonos nude, arena y colores tostados. Se debe evitar la pomposidad y mantener un tono recatado en el diseño.
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