La maniquí, que a sus 19 años salió de la ciudadela Primero de Mayo y quedó en segundo lugar en el Elite Model Look Bolivia 2003, se convirtió en una mujer de mundo, que en el momento oportuno se armó de valor y partió a una de las grandes capitales de la moda para cumplir su sueño.
Ahora, firme en el plano laboral y sentimental, Angélica regresó de vacaciones para visitar a su familia y estar en la fiesta de 15 años de una sobrina. Aseguró que ama el país, pero que no se imagina trabajando como modelo en Bolivia.
Ya pasaron 10 años desde que te fuiste, ¿qué fue lo más difícil de mudarte?
Fue dejar a mi familia y aprender el idioma. En EEUU es más fácil que las latinas se abran campo porque hay ciudades donde se habla mucho español, en Inglaterra no. En ese entonces tenía un novio inglés que me animó a irme para aprender el idioma por dos años. Estando allí, me dio curiosidad visitar las agencias de modelaje y así me quedé.
¿Qué trabajo realizás allá? ¿sos modelo publicitaria o de pasarela?
Con la agencia First Model Management hago trabajos como modelo de alta costura. Desfilé para Stella McCartney (hija de Paul McCartney) y Nicholas Oakwell. También estoy con la agencia BMA, que es más comercial, para spots y catálogos.
Estuve solo dos años en el London Fashion Week (2008 y 2009), porque en los últimos años tuve contratos para los desfiles nacionales de novias y se cruzaban las fechas, además pagan mejor porque son como seis desfiles en un solo día, pero vale la pena.
¿Te ves retornando para trabajar en Bolivia?
No, no me veo trabajando como modelo en Bolivia y no quiero que se malinterprete. Aquí el modelaje es diferente, es más comercial. He visto que las chicas bailan en la pasarela, son más curvilíneas y muchas veces desfilan gratis o por intercambio. Creo que aquí no podría ser modelo a tiempo completo como allá.
¿Seguiste la trayectoria de algunas modelos bolivianas?
Solo de las más famosas, como Lisbeth Aranda y Andrea Herrera. Sé que Lisbeth vivía en México y ahora está en Buenos Aires. Trabajamos juntas en Londres.
¿Por qué creés que pocas bolivianas se animan a probar suerte afuera?
Creo que por timidez y miedo. En lo personal, el idioma fue lo que más me atemorizó y si no lo sabés, al comienzo no podés hacer nada.
¿Te da realce ser boliviana?
Siempre me preguntan de dónde vengo y creen que soy tailandesa, porque mis rasgos parecen asiáticos y no son comunes allá. Les gusta saber que soy de Bolivia.
¿Cómo es tu día a día en la capital británica?
Es muy ocupado, gracias a Dios. Me siento privilegiada por tener trabajo y disfrutar de mi tiempo libre con mis amigos y novio. Lo único malo es el frío, que dura varios meses y a veces no lo tolero, pero justo son las temporadas más altas en moda.
Vivo con mi novio, Kieran McGauran (34), en Crouch End, que es un área muy conocida, donde residen algunas celebridades, como Simon Pegg y James McAvoy.
Hablanos un poco de tu novio...
Lo conocí hace siete años, yo estaba en un café de Oxford con unos amigos y cuando nos encontramos surgió un amor a primera vista. Más adelante quisiera casarme y tener un hijo, ya hemos hablado de eso, pero será más adelante.
¿Cómo te ves dentro de diez años?
Seguiré modelando. Tengo muchas amigas que ya van a entrar a los 40 años y se ven espectaculares, así que siguen en el modelaje o la actuación. Yo quiero quedarme en el ambiente fashion.
¿Creés que te hubiera ido igual de bien en Bolivia?
No creo, soy muy flaca, acá les gusta que las muchachas tengan curvas. No sé si el modelaje me hubiera dado para vivir
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