La novena versión del Bolivia Moda cerró sus puertas y las repercusiones sobre sus resultados no se hicieron esperar. Tres críticos, como Pierre Dulanto, productor de modas; Julio González, fotógrafo; y Max Torres, experto en medios, concluyeron que BOMO crece y que se proyecta como una pasarela de nivel internacional.
“Hay diseñadores que tienen marcado su estilo y rescato a quienes no se apartan de sus raíces al momento de hacer sus colecciones, como Ingrid Hölters. Por otra parte, veo que las propuestas de los jóvenes son al estilo europeo, lo cual no está mal, pero sería interesante si fusionan eso con materiales bolivianos”, comentó Pierre Dulanto.
En cuanto al desenvolvimiento de las modelos, Julio González mencionó que cada año se ven menos sonrisas en pasarela, acciones histriónicas y más neutralidad en las miradas, aunque todavía hay modelos de baja estatura y cuerpos voluptuosos, que crean ruidos visuales a la hora de percibir las prendas.
La transmisión del desfile en general tuvo un visto bueno, pero también detalles por ajustar. “PAT logró transmitir de manera sobria Bolivia Moda luego de pasar por varios experimentos, con helicámaras y play cam, hasta alcanzar el ritual televisivo ideal como si fuese un fashion week.
La cita fue entre el miércoles y el sábado, en el pabellón Internacional II de la Fexpo. Allí, alrededor de más de 2.000 personas por jornada observaron 64 propuestas entre las que se descataron las de Ingrid Hölters, por su bordado artesanal con figuras autóctonas de comunidades como Puquio. Asimismo, gustó Rosita Hurtado, que presentó ¡Viva México! y vestidos de gala
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