domingo, 5 de enero de 2014

‘Hay que revolucionar la forma de mirar a las cholas’



Lo que en realidad hace chola a una chola es su vestir”, explica Valeria Salinas Maceda, ganadora del XII Concurso Municipal de Investigación Cultural Nuestra Historia Desde Miradas Jóvenes, convocado por la Oficialía Mayor de Culturas del Gobierno Municipal de La Paz.

Salinas realizó la investigación: Chola paceña, ícono de la moda, próxima a publicarse. En ella muestra a la chola moderna insertada en la sociedad de consumo, preocupada por lo que lleva puesto e incluso víctima del fashionismo (estar a la moda y cuidar los detalles y estilos de la ropa).

“La vestimenta es un factor sumamente importante y condiciona la personalidad de la chola; desde inicios del siglo XXI en La Paz empieza a existir una industria de la moda de la chola, que va en crecimiento”, dice la investigadora, quien estudió en España un posgrado en Desarrollo Rural.

Salinas, durante el trabajo de campo que desarrolló para su investigación, encontró un mundo fashion donde la coquetería y glamour sobrepasan lo pensado. “Quizá mucha gente no conozca y no tenga conciencia de que tenemos una industria de la alta moda y fashionismo que gira en torno la chola y su elegancia”.

Salinas señala que hizo un recorrido histórico desde el origen de la vestimenta de las cholas. “En el siglo XVIII hubo una revuelta indígena contra los españoles orquestada por un inca, para refrenar estos aires subversivos los españoles decidieron imponer el atuendo —de los chulos y chulas, ayudantes de los toreros— con la intención de quebrar cualquier ligazón de los indígenas con el imperio incaico”.

Pero nadie sospechó que la imposición de la falda larga, la mantilla y los zapatos planos tendría una evolución al grado de entrar en los parámetros del fashionismo.

“La chola fue y es muy inteligente porque pudo cargar el pesar de vestir con algo que no le gustaba; pero, en realidad, se empoderó del atuendo y lo moldeó a su gusto”.

El bordado, los adornos y los colores son esenciales. Valeria cita ejemplos de lo más in (de moda) en la ropa que se usa para los acontecimientos sociales: bautizos, matrimonios, prestes, donde este tipo de galas son sinónimo de poder económico y triunfo.

“El año pasado estuvo de moda la figura del conejito de Play Boy y el encaje en las blusas, el segundo elemento ha sido una constante en la alta pasarela internacional con diseñadores de la talla de Dior e Yves Saint Laurent”, sostiene.

Y es que la globalización no pasa desaperciba por el olfato fashionista de las mujeres de pollera.

“No hay mujer como ella, que al mirarla encanta, no le gusta pasar desapercibida. Hay que revolucionar la forma de mirar a la chola”.La investigación de Salinas se enfoca en el análisis de la vestimenta de la chola. Detecta en ella vanguardia, estilo, buen gusto y una industria de ropa que necesita reconocimiento y que mueve mucho dinero.

“El bordado, los adornos y los colores son esenciales en la moda, así como los accesorios, zapatos, sombreros, joyas, maquillaje y la peluquería”, dice la investigadora de 25 años.

Salinas menciona que la entrada del Gran Poder es la pasarela más importante de las galas cholas. “Es un escenario para ver lo ostentoso y la alta moda de este género”.

“Ellas no repiten ropa; lo que se usa una vez se descarta. Invierten mucho dinero en exclusividad”.




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