Buscar modelos cuyas características de diseño sean cómodas. Algunos zapatos sacrifican la comodidad por el estilo.
Aunque puedes usar estos estilos de vez en cuando, debes buscar que tu calzado tenga ciertas características para que sea cómodo.
Entre estas características se encuentran las siguientes:
* Una muesca del talón de Aquiles: esta marca aparece en la parte trasera del zapato donde se une con el tendón de Aquiles.
Esta muesca ayuda a reducir la fricción y el rozamiento cerca del talón, lo cual evita la formación de ampollas y otras lesiones de la piel en el talón.
* Un cuello de tobillo: esta área del calzado rodea el tobillo (donde se sitúa la muesca del talón de Aquiles). Esta parte proporciona apoyo al tobillo, evita el rozamiento y la fricción. Es importante que escojas un modelo con una media suela que le quede bien a tu pie.
* Una punta adecuada: esta parte del zapato alberga a tus dedos del pie. Usar uno con una punta demasiado pequeña puede ocasionar la aparición de juanetes y varias otras lesiones.
* Una barra de rodamiento: algunos modelos, especialmente los que son para correr o de senderismo tienen una barra de rodamiento que evita el exceso de movimiento en el área del talón. Esta característica evita la fricción y el "rodamiento" accidental del tobillo.
* El calzado debe ser flexible: esto es un aspecto importante para la comodidad, especialmente si se los usará para caminar y trotar. Los zapatos para correr tienden a ser más firmes, ya que deben soportar el peso y la fuerza del paso al trote.
Se puede probar la flexibilidad del zapato, levantándolo y doblando la parte de los dedos hacia arriba. Debe doblarse debajo del metatarso, no a la mitad a lo largo del arco (o en otro lado).
Retorcerlo también es una buena forma
de probar su soporte. Se debe notar un poco de resistencia cuando se lo retuerce.
* Un zapato liviano: los pesados hacen que sea difícil mover los pies alrededor y generalmente están hechos de un material menos cómodo.
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