La chica de hermoso rostro que atendía una de las tiendas de Óptica Precisión no era solo una funcionaria, sino la hija de los dueños.
En sus tiempos libres, Tallyta Rodrigues, de 24 años, ayuda a sus padres en el negocio familiar; sin embargo, las gafas y los lentes no son lo suyo, sino los ‘bichos’ de cuatro patas.
Desde que tenía nueve años se le iban los ojos, y las manos, con los perros especialmente, y también con los caballos.
Ese gusto terminó por definir su vocación. Tallyta estudió Veterinaria en la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (Uagrm), a la que ella evalúa como la mejor, por lo menos en su carrera profesional; hizo seis meses de prácticas y luego regresó a su tierra natal, Brasil, para hacer una especialidad de dos años en Clínica y Cirugía, y también en Ortopedia.
Le falta más de un año y medio para retornar a Santa Cruz y, a medida que pasa más tiempo en San Pablo, coquetea más con esa tierra caliente. “Extraño a mis padres y a mis amigos, pero me está gustando cada vez más Brasil, creo que ya me estoy acostumbrando”, reconoce la chica que forja su destino oyendo al corazón.
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