domingo, 8 de diciembre de 2013

Promociones Rosario: Polleras a la pasarela



El vaivén de sus polleras marca su andar coqueto, su nombre es Rosario Aguilar y derrocha elegancia en cada paso. A sus 14 años, ella decidió vestir pollera, encantada por la gala de ese atuendo y, sobre todo, por revalorizar la figura de la chola paceña, aunque a su padre la idea no le cuadró del todo.

Hoy, a sus 50 años, es la fundadora de Promociones Rosario, un emprendimiento de modelos de ropa de chola que busca dar a conocer a Bolivia y al mundo la belleza, carisma y elegancia de estas mujeres.

“La experiencia de vida que tengo ha hecho que yo pueda llevar un proyecto y ha sido un reto porque en el caminar de los años me percaté de que una mujer de pollera no era digna de subir a un radiotaxi, vi discriminación en muchos sentidos, hasta en el momento de ingresar a un buen restaurante, sin importar que ellas lleguen a ser mujeres prósperas y destacadas”, explica la abogada de profesión y exconcejal paceña.

La investigadora Valeria Salinas, ganadora del premio Miradas Jóvenes de la Alcaldía de La Paz, explica que la figura de la chola congrega al mestizaje y engloba a una mujer seductora y elegante.

“La vestimenta de la chola se impone durante la colonia y es la adaptación de las chulapas y chulapos, ayudantes de los toreros de España, para diferenciarlas y darles un rango inferior a las señoras españolas”, señala Salinas.

Rosario es de esas mujeres que sin perder la sencillez imponen su presencia. “Recuerdo que iba a la universidad a estudiar con polleras y al principio tuve miedo, y pensaba que no podría, pero salí profesional”, cuenta mientras con las manos, en las que destaca una manicure francesa, arregla un macizo topo de oro que sujeta su manta con bordados de flores.

“Ser chola es elegancia, yo fui a estudiar Derecho con polleras, fui concejal y cuatro veces alcaldesa interina del Municipio de La Paz en la gestión de Juan del Granado”, recuerda orgullosa.

Durante las labores ediles que ejercía se preguntó cuán difícil podría ser poner en una pasarela a mujeres cholas para mostrar su garbo, belleza y encanto.Y es que para llevar polleras, sombrero borsalino, joyas y zapatos bajos hay que ser coqueta, seductora y aprender a robar miradas y enamorar.

“La estética de una cholita gira en torno a su coquetería, su sonrisa juega un papel importante, cómo mira y cómo muestra y luce su ropa en la pasarela es diferente a las señoritas de vestido o pantalón”.

En sus inicios, Rosario se apoyó en profesoras de modelaje y pasarela, quienes le ayudaron a entrenar a sus pupilas para los desfiles y sesiones de fotos.

“El primer año fue difícil buscar chicas y muchas decían que no porque las cholitas suelen ser tímidas, aunque sean muy simpáticas les da miedo lanzarse al éxito”, recuerda mientras acomoda su sombrero borsalino, traído desde Italia, coronado con una alhaja de oro en el lado derecho.

Ante todo augurio negativo —varias personas le dijeron que si realizaba un desfile de modelos de pollera nadie le vendría a ver— el evento fue un rotundo éxito.Han pasado nueve años desde que Promociones Rosario echó a andar en la formación de maniquíes de cuerpos rellenos y trenzas muy largas.

‘Fashionismo’

“Con el transcurso del tiempo nos hemos dado cuenta de que no podemos modelar como las señoritas de vestido porque ellas caminan de otra forma, el modelaje de la chola se centra en el movimiento de polleras y en cómo muestra la ropa y joyas”.

Rosario explica que entre los cánones de belleza de la mujer de pollera destacan las pronunciadas caderas.

“Tener amplias y formadas caderas es muy importante para que las enaguas y las polleras se luzcan de la mejor forma. Además, las muchachas tienen que mostrar la manta, los aretes, anillos, los bordados. Es una tarea compleja ”, explica.

En caso de no ser poseedoras de unas pronunciadas caderas, también existen formas de ayudarse. Un fajín que comprima la cintura y enaguas pueden resaltar esa parte del cuerpo.

El cabello y la sonrisa también son importantes para las modelos.

“Una sonrisa coqueta y el cabello brillante, lindo, largo es lo ideal, pero por suerte tenemos extensiones que nos pueden ayudar”, comenta con una sonrisa al contar sus secretos de belleza.

La estatura es otro aspecto a tomar en cuenta en el modelaje de las cholas. “Una cholita no debe ser ni muy alta ni muy pequeña, sino medianita”.

Rosario, enfundada en una manta de más de Bs 1.200, no niega su pasión por la moda y el fashionismo. Le gusta vestir muy bien y cuenta que tiene más de 40 pares de zaparos que combinan con su ropa.

Y, desde luego, no puede pasar indiferente a las tendencias de la moda para enseñar a sus alumnas a estar siempre glamorosas y en las mejores fachas.

“Para los desfiles yo me encargo de explicarles a las chicas cómo girar, cómo lucirse y mostrar lo que llevan puesto. Hay un estilo de modelaje de cholitas y cuento con chicas muy lindas, preciosas”, dice.

Lo que no deja de saltar a la vista son los rostros y estampas de las modelos cuya belleza destaca y rompe los cánones occidentales de modelos extremadamente delgadas, sin curvas y muy altas.

En Promociones Rosario hay cholitas desde el nacimiento y chicas que quieren revalorizar la vestimenta de sus madres o abuelas, para trascender fronteras y mostrar a una chola moderna y cosmopolita.

“Yo visto de chola desde muy niña porque mi mamá es de pollera y solíamos bailar en mi zona. Cuando entré a la universidad dejé las polleras, pero nuevamente las retomé”, cuenta Patricia Aruquipa, quien a sus 25 años de edad es una de las modelos más destacadas de Rosario.

“Patricia es un orgullo, ella viajó conmigo a Santa Cruz a una reunión de personas ligadas al modelaje y compartimos la mesa con el fotógrafo Pablo Manzoni y la top model Sandra Manrique”, narra Rosario, mientras corrige la postura de la modelo.

Claudia Villegas es estudiante de Ingeniería Comercial, su rostro delicado y maquillado con colores encendidos combina con los tonos fucsia de su ropa. Para ella las sesiones de fotos, desfiles, cambios de ropa, maquillaje y todos los detalles de este oficio son parte de su rutina.

Si bien de niña no vistió polleras, su abuela sí. En ella no aplica la frase “me avergüenzan tus polleras” (nombre de una pieza teatral), todo lo contrario la enorgullecen y la hacen lucir gallarda.

“Este año me animé a ser parte de Promociones Rosario, me gustan las polleras y mi familia me apoya, mi madre me incentivó y mi abuela se quedó sorprendida y muy contenta al verme vestida de chola”, confiesa sonriente. Pero lo más difícil para Claudia fue llevar las joyas porque son de oro, grandes y pesadas. “Al principio los aretes me pesaban mucho y me dolía la oreja, pero ya me fui acostumbrado. Es que ser chola es ser muy elegante e ir muy arreglada”.

Nélida Huanca viste de rojo encendido con lo que el tono de su piel resalta. La estudiante del último año de Turismo también es parte de esta agencia.

“Hace tres años que soy modelo, entré porque me informé por una amiga que también era modelo. La experiencia es muy linda porque se hacen muchas actividades para lucir la belleza de las cholas”.

Cuando Nélida habla de Rosario, los halagos llueven, no deja de señalar que es la maestra y la mujer que hizo posible que se visibilice la belleza de las mujeres de pollera que durante siglos fueron excluidas.

“Me encanta ir a la universidad con esta ropa, arreglada, linda y elegante”.

Rosario no pierde la oportunidad de extender una invitación a las cholitas hermosas que quieran ser parte de su agencia de modelos. “Muchas veces me dicen que soy como la señora Gloria Limpias de Promociones Gloria, pero para cholitas. Eso me enorgullece porque quiero que la chola se conozca y cruce fronteras”.

Entre sus planes para 2014 está realizar un calendario con su staff de chicas y llevar a cabo actividades en Santa Cruz, que considera la capital del modelaje.





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