Nicole Kirigin (25) nació en EEUU, pero tiene raíces bolivianas y europeas. Su padre Carlos es potosino, su madre Teresa, alemana y su abuelo, Cosme, croata. Es alta (1,79 m) y visita Bolivia una vez al año. Cuando llega, pasea su figura entre La Paz, Santa Cruz de la Sierra y Sucre.
Su ascendencia boliviana la llena de orgullo. Es directa. Afirma que cualquier mujer del occidente de Bolivia puede llegar a ser modelo. “Hay belleza para todos los gustos”, dice con esa delicada voz que la caracteriza.
Anda atareadísima. Es modelo publicitaria, de pasarela, de showrooms y de catálogos. La idea de desfilar trajes bolivianos en el corazón de Sudamérica la hace burbujear de emoción. Ya es habitual para esta doncella participar del New York y Miami Fashion Week, además del Bridal Fashion Week de Nueva York. Y acaba de firmar para la agencia Elite Model Management de NY.
Sabe que tiene una figura de ángel, pero jamás posaría desnuda, porque no le llama la atención. Para Nicole el modelaje no es un pasatiempo, es una carrera. Le genera ingresos y trabaja tiempo completo.
Cuando vuelva a Bolivia irá a San Pedro (Valle de Cinti), esa extensa hacienda chuquisaqueña de su tía, María Angélica Kirigin, que también modeló en los años 70 y 80, y una vez fue candidata al Miss Bolivia.
Por el momento, debe seguir trabajando. Ayer tenía una sesión de fotos y la interrumpió un momento para responder el llamado de EL DEBER. “Estoy honrada de que me llamen”, dijo. También le emociona saber que es una de las chicas más requeridas para las pasarelas en el país del norte. Vive las mieles de la vida y está dispuesta a seguir creciendo
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