A fin de año hay que hacer policía”, le enseñó a Rita Hanssen (70) su mamá. “Nos hacía vaciar el dormitorio y poner todo en el corredor (o en el patio, si no se tenía). Entonces, limpiábamos desde los vidrios hasta las cortinas, las frazadas y los pisos”, recuerda ella sobre esta costumbre que perpetúa, convencida de que es una excelente manera de renovarse.
“Una vez limpio todo volvemos a meter la ropa, pero dejando de lado aquella que ya no usamos, porque tenemos esa mala costumbre de seguir colgando en el ropero una prenda que no usamos hace años”, indica.
Esta llegada de la “policía del armario” sirve para deshacernos también de prendas y zapatos que no nos ajustan bien, como ese pantalón que compraste hace un año, pensando que te quedaría cuando bajaras dos kilos, pero resulta que subiste tres.
En estos casos, Hanssen sugiere regalarlo. Y si la prenda ya está muy deteriorada, puedes reutilizarla para trapear pisos o desempolvar muebles e incluso, como relleno de almohadones.
El efecto de este “soltar” o dejar ir lo que no se usa también se puede extender a otras áreas de la vida. Según la psicóloga Pilar Sordo, “lo femenino está diseñado para la retención: retener líquidos, celulitis, recuerdos, preguntas, conversaciones, así como sufrir de estreñimiento. Nuestra gran tarea dentro de lo femenino es aprender a soltar, que es justamente lo que los hombres hacen bien”.
Hanssen está de acuerdo y cree que “hacer policía” mejora el ánimo de quienes habitan la casa. “Cuando estás en una casa limpiecita, hasta el aire cambia”, anima.
“Si hay desorden u objetos amontonados en el armario, el mensaje es que no se tiene el control sobre el análisis y el manejo de las emociones”, decía la maestra espiritual Louise Hay.
Por eso, ¿qué esperas para poner en orden tu clóset? Quedan cuatro días para que llegue 2019. Hazle campo a lo que viene y ¡renuévate!
Con datos de: Rita Hanssen, http://www.bibianabelsasso.com y https://pensarengrandelat.com
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